¿Quién es Camila Sosa Villada?

Camila Sosa Villada, escritora

Foto: Sebastián Pani

Me parece que tengo que escribir lo que se me cante la regalada gana, que no tengo que especular ni dejar que especulen conmigo tampoco. (Cuadernos Hispanoamericanos)

Escritora y actriz transgénero de teatro, cine y televisión, Camila Sosa Villada nació en La Falda, Argentina, el 28 de enero de 1982. Estudió Comunicación Social y Teatro en la Universidad Nacional de Córdoba. Fue prostituta, mucama y vendedora ambulante, además de cantar en bares.

Como actriz Sosa Villada ha sido partícipe de obras de teatro —Carnes tolendas, retrato escénico de un travesti o El bello indiferente—, de series —La viuda de Rafael o La chica que limpia— y de películas —Mía—.

Sosa Villada también es autora del poemario La novia de Sandro, la autobiografía El viaje inútil, las novelas Las malas y Tesis sobre una domesticación y la antología de relatos Soy una tonta por quererte.

Su primera novela, Las malas (2019), sobre un grupo de travestis que ejercen la prostitución callejera en el Parque Sarmiento, se convirtió en un éxito crítico y de público y la catapultó a la fama, estableciéndola como una de las escritoras más originales de la literatura argentina contemporánea y de la literatura LGBT de Argentina.​ Además, la obra obtuvo numerosos premios literarios, como el Sor Juana Inés de la Cruz, y fue traducida a los idiomas francés, inglés, alemán, croata, italiano, noruego, portugués y sueco, entre otros.

Os aconsejamos leer las interesantes entrevistas que concedió a Cuadernos Hispanoamericanos en junio de 2023 o a la revista Rolling Stone.

Aquí tenéis a la autora hablando para CNÑ.

Fuente:  Wikipedia, Lecturalia.

Las Malas.

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En un ambiente urbano hostil, Camila Sosa narra desde dentro la vida de una comunidad de travestis en Córdoba, Argentina.

Cuando llegó a Córdoba capital para estudiar en la universidad, Camila Sosa Villada fue una noche, muerta de miedo, a espiar a las travestis del Parque Sarmiento y encontró su primer lugar de pertenencia en el mundo. 

Las malas es un rito de iniciación, un cuento de hadas y de terror, un retrato de grupo, un manifiesto explosivo, una visita guiada a la imaginación de su autora y una crónica distinta a todas. Convergen en su ADN las dos facetas trans que más repelen y aterran a la sociedad bienpensante: la furia travesti y la fiesta de ser travesti. En su voz literaria conviven Marguerite Duras, Wislawa Szymborska y Carson McCullers. El último fenómeno de la literatura argentina, traducida al alemán, francés, noruego y croata.

Se trata de la primera novela de la escritora y actriz travesti​ argentina Camila Sosa Villada. Fue publicada en Argentina en 2019, por la editorial Tusquets Editores

Es una obra ficticia que va y viene en la vida de Camila. Escribe sus experiencias de vida desde su infancia en Mina Clavero como un niño marginado, hijo único de un matrimonio de clase baja, hasta su vida en la ciudad de Córdoba que comparte con una nueva familia bajo el ala materna de la tía Encarna. La novela está ambientada principalmente en 2002 y está narrada por la autora. Las historias tratan sobre las dificultades que encontró durante toda su vida como travesti, pero también sobre la vida del grupo de trabajadoras sexuales (en su mayoría compañeras travestis) que conoce en el Parque Sarmiento.

En octubre de 2020, la novela recibió el premio Sor Juana Inés de la Cruz, en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. También fue premiada con el Grand Prix de l’Héroïne que otorga la revista francesa Madame Figaro y el Premio de Narrativa en Castellano que otorga la librería barcelonesa Finestres.

Aquí tenéis la conversación de la autora con el periodista Nino Ramella en el marco del Ciclo de Escritores Planeta Verano 2021.

Fuentes: Planeta de Libros, Wikipedia.

Historias de cronopios y de famas

historias

Historias de cronopios y de famas es una obra fantástica del escritor argentino Julio Cortázar publicada en 1962 por la Editorial Minotauro. Esta obra se caracteriza esencialmente por ser escrita a base de fragmentos, microrrelatos y con un surrealismo que conlleva al desarrollo de la imaginación. Es considerada una de las obras fundamentales del escritor.

En este libro, sobre todo en la cuarta y última parte, Cortázar describe a los actores sociales de su época. La clase alta, la burguesía argentina de los años 50-60, es representada por los famas.

En el programa «A fondo», del entrevistador Joaquín Soler Serrano, al pedido del periodista de que explicara qué era un cronopio, Cortázar explicó:

Vino así, el nombre y la imagen, y es por eso que al principio cuando se los define, se busca la definición en el mismo libro; empecé a escribir sin saber cómo eran y luego ya tomaron un aspecto humano… Relativamente humano, porque nunca son completamente seres humanos, con esas conductas especiales de los cronopios que son un poco la conducta del poeta, del asocial, del hombre que vive un poco al margen de las cosas; frente a los cuales se plantan los famas que son los grandes gerentes de los bancos, presidentes de las repúblicas, de la gente formal que defiende un orden.

Continúo con una explicación de las esperanzas:

Las esperanzas son personajes intermedios, que están un poco a mitad de camino, sometidas a la influencia de los famas o de los cronopios, según las circunstancias.

Este libro contiene, entre otros, los siguientes títulos:

  • Progreso y retroceso
  • Terapias
  • Lo particular y lo universal
  • Los exploradores
  • Educación de príncipe
  • Telegramas
  • Sus historias naturales
  • Costumbres de los famas
  • El baile de los famas
  • Alegría del cronopio
  • Tristeza del cronopio
  • Viajes
  • Conservación de los recuerdos
  • Relojes
  • El almuerzo
  • Pañuelos
  • Comercio
  • Filantropía
  • El canto de los cronopios
    Historia
  • La cucharada estrecha
  • La foto salió movida
  • Eugenesia
  • Su fe en las ciencias
  • Inconvenientes en los servicios públicos
  • Haga como si estuviera en casa
  • Instrucciones para matar hormigas en Roma
  • Simulacro
  • Instrucciones para dar cuerda al reloj
  • Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj
  • Instrucciones para subir las escaleras
  • Instrucciones para entender tres pinturas famosas
  • Maravillosas ocupaciones
  • Fin del mundo fin
  • Camello declarado indeseable
  • Aplastamiento de las gotas
  • Cuento sin moraleja
  • Etiquetas y prelaciones
  • Correos y telecomunicaciones
  • Perdida y recuperación del pelo
  • Tía en dificultades
  • Tía explicada o no
  • Los posatigres
  • Conducta en los velorios
  • Instrucciones para llorar
  • Instrucciones-ejemplos sobre la forma de tener miedo

Recopilación de sesenta y cuatro relatos cortos repletos de sarcasmo e ironía que esconden entre sus líneas reflexiones filosóficas a través de un lenguaje sencillo y claro.

Esta obra, fiel reflejo de la sociedad del momento —pero aplicable a todos los tiempos—, se encuentra dividida en cuatro partes:

La primera de ellas, Manual de Instrucciones,  es una ridiculización de situaciones cotidianas y repetitivas que nos obliga a reflexionar sobre actos que consideramos habituales y a los que normalmente, no prestamos atención.

La introducción a este manual es una escultura de la rutina, narrada en segunda persona,  hacia un ser convencional que vive sin sorpresas una vida dentro de una construcción de “ladrillos de cristal” que le impide ver y apreciar lo que está afuera, refiriéndose tanto a la belleza como a las miserias del mundo.

La segunda parte, Ocupaciones raras, narra historias de una familia que desde el primer texto, Simulacros, se define de la siguiente manera: “Somos una familia rara. En este país donde las cosas se hacen por obligación o por fanfarronería, nos gustan las ocupaciones libres, las tareas porque sí, los simulacros que no sirven para nada. Tenemos un defecto: nos falta originalidad.”

Los textos versan aquí en torno a la exageración de las posturas y conductas que adoptan las familias frente al imaginario social y, a su vez, sobre los roles que interpretan sus miembros en dicha institución.

La tercera sección, llamada Material plástico,  reúne breves relatos relacionados con el mundo laboral y las actividades sencillas pero placenteras, como la cómica “ocupación” de cortarle una pata a una araña para hacérsela llegar al Ministro de Relaciones Exteriores logrando que renuncie, o lo mágico de un espejo situado en la Isla de Pascua, que según se ponga del lado oeste o este de la misma, atrasa o adelanta la imagen de quien en él se mira.

Además, explica cómo un diario deja de ser diario y luego vuelve a serlo, según su paradero y uso; cómo el mundo se llenaría de escritores y no alcanzarían la tinta ni las hojas para escribir y sus posibles soluciones; la historia de un señor que vive sin cabeza porque cuando se la cortaron hubo una huelga y nadie lo enterró, perdiendo así todos los sentidos excepto el tacto; la descripción del triste destino de las gotas de la lluvia con un sentimiento muy sufrido.

La última parte, propiamente Historias de Cronopios y de Famas, es sin lugar a dudas una parodia del clasismo.  Aquí, Cortázar nos presenta a tres tipos de personajes: los Cronopios, los Famas y los Esperanzas.

Los Cronopios (que habían aparecido anteriormente, en un artículo publicado en la revista Buenos Aires Literaria, en 1952, acerca de un concierto de Luis Armstrong) son unos seres verdes y húmedos, que viven al margen de las cosas entre el arte y lo asocial. Son ingenuos, idealistas, desordenados, muy sensibles y poco convencionales.  Viven con pasión, disfrutan cada cosa que hacen  sin vergüenza, aunque a veces padecen de envidia. Sufren el mundo y aman al mundo.

Los Famas, son seres burgueses, rígidos, organizados, sentenciosos, exitosos. Son los “formales” que se preocupan por el orden y que ocupan altos cargos políticos y/o empresariales.

Entre estos dos extremos, se sitúan los Esperanzas, con menos recurrencia entre sus textos, que son simples, aburridos, ignorantes, rutinarios y normalmente actúan sometidos a alguna de las otras dos “especies”.

Los Famas, disfrutan de mostrarse felices ante los Cronopios ostentando su alegría, mientras que estos últimos se regocijan cada vez que uno de ellos les presta atención. Los Esperanzas se transportan a través de la gente y viven despreocupados.

Durante las veinte historias que componen esta última parte, serán notorias las diferencias entre los dos extremos acerca de oportunidades, calidad de vida, formas de disfrutar las diversas circunstancias e incluso, maneras de interpretar las mismas realidades.

Es importante que el lector sepa identificar la ironía del autor, que va dirigida al sistema y no a las víctimas del mismo.

Al poco tiempo de su publicación, estos nuevos términos comenzaron a ser utilizados por gran cantidad de jóvenes que empezaban a comprender una realidad social a través de la ficción.  Alrededor del humor, Cortázar da a entender que busca una concientización, no sólo a nivel sociopolítico, sino también a nivel individual-existencial.

Aquí tenéis el trailer de la película dirigida por Julio Ludueña en 2014.

Si queréis leer otras obras de este autor, consultad el catálogo de la Red de Bibliotecas Municipales de Getafe.

Fuentes: Casa del Libro, Wikipedia, Escritores.org.

Quebrada

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Quebrada es la palabra que define un paso estrecho entre dos montañas. Así, como una hendidura que atraviesa dos historias, discurre la nueva novela de Mariana Travacio. Una obra atemporal en el que sentimientos como el amor y la lealtad conviven con el desarraigo y la pérdida que imponen las migraciones.

Conducidos por una prosa precisa y sobria, acompañaremos a Lina, una mujer que parte en busca del mar y un hijo perdido, desde un paisaje seco y agrietado en donde la vida se ha hecho imposible, hasta unas tierras húmedas y fértiles en las que todo es excesivo. También la locura de los personajes y fantasmas que las habitan.

Lina es una mujer que decide, en absoluta soledad, dejar atrás el caserío que comparte con su marido, empujada por la ilusión de conocer el mar. Su marido Relicario, reticente, decide quedarse para no abandonar a los muertos que tienen enterrados en el pueblo porque “a los muertos no se les abandona”. Sin embargo, pronto el marido se da cuenta de que su vida sin Lina no tiene sentido y consigue un burro para cargar los féretros y emprende el camino intentando seguir los pasos de su mujer. A partir de aquí, la historia se bifurca, se quiebra, y el destino de los personajes queda a la suerte de un destino que irreparablemente lleva a la muerte; en una entrevista en el diario Clarín, la autora afirma que “lo único que tenemos por certero es que al final del camino está la muerte» y este es el mensaje del libro. Uno de los aciertos de la novela es dotar de voz propia a cada personaje, y es que, como la autora defiende en esa misma entrevista, “siento que cada personaje fue haciendo lo que tenía que hacer. Borges decía que cuando se tiene una voz, se tiene un destino. Y eso mismo sentí: que cada personaje iba tomando las decisiones que podía en función de su historia, de sus mandatos, de sus raíces”. En esta primera parte, como destaca Verónica Boix, “el contraste entre el movimiento de los personajes y la sensación de quietud del espacio le da un aire atemporal a toda la trama y la acerca a lo mítico. No solo porque es difícil situarla en una época, sino sobre todo porque el tiempo descubre otro devenir, ya no marcado por los minutos y las horas de un reloj, sino por el compás de los pasos, por las estaciones, por los temporales, por la lluvia incesante o la sequía”.

Quebrada también cuenta, en la segunda parte, la vida del hijo de Lina y Relicario.  Este segundo narrador es un hombre huérfano que no conoce nada más que el pueblo y que, observando los acontecimientos que se suceden ante sus ojos, termina por descubrir que “tener una familia es volver a casa y saber que alguien te espera”. En esta segunda parte, señala Boix, “la novela adopta un giro más amplio, a partir de un narrador nuevo, hasta ese punto desconocido, que asume la posta del relato. (…) En ese movimiento sutil, Quebrada encuentra un modo de mostrar la vida que habita esos territorios donde no parece haber nada”.

Tal y como ya hizo en Como si existiese el perdón, la escritora argentina vuelve a sumergirnos en un mundo ancestral para entregarnos una novela de aire clásico, violenta y poética a un mismo tiempo, en la que nada falta y nada sobra.

Fuentes: Las afueras, Casa del Libro, Leeresvivirdosveces.

¿Quién es Mariana Travacio?

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Foto: Wikipedia

Escribimos con todo lo que nos compone

Nació en Rosario (Argentina) en 1967, pasó su infancia en Brasil y actualmente reside en Buenos Aires. Es Licenciada en Psicología por la Universidad de Buenos Aires donde se desempeñó como docente de la Cátedra de Psicología Forense. Es Magister en Escritura Creativa por la Universidad Nacional de Tres de Febrero y traductora de francés y portugués. Sus cuentos han recibido numerosos premios nacionales e internacionales y han sido publicados en revistas y antologías de Argentina, Uruguay, Brasil, Cuba, España y Estados Unidos. Es autora de los libros de relatos Cotidiano (2015) y Cenizas de Carnaval(2018) y de la novela Como si existiese el perdón (2016, Las afueras, 2020).

En sus entrevistas en diversos medios expresa  sus ideas sobre la creación literaria y sus preferencias como lectora. “Siempre vuelvo a Borges. A distintos Borges. Me encuentro, a menudo, yendo a buscarlo. Cuando quiero allanarme, vuelvo a Rulfo. Cuando estoy confundida, vuelvo a Nabokov. Cuando necesito anclar, vuelvo a Duras. O a Lispector. O a Quignard. Cuando busco a un amigo, vuelvo a Bolaño. Cuando quiero proxemia, busco a Saer. Cuando me quiero reír, vuelvo a Lem. Cuando quiero volar, busco a Lobo Antunes. Todo depende de la necesidad de cada momento.

Ante la pregunta ¿De qué temas se nutre su escritura?, Travacio responde: «Supongo que de los mismos temas que nos conciernen a todos desde el inicio: el amor, la vida y la muerte. Como decía Rulfo, estamos contando lo mismo que han contado desde Virgilio. El tema es cómo lo contamos, de qué forma, con cuáles artificios. Estoy de acuerdo con Rulfo. Creo que el gran tema, en literatura, es el asunto de la forma»

Aquí tenéis la entrevista que dio en el stand de Leamos en la Feria del Libro de Buenos Aires.

Fuentes: Wikipedia, Casa del Libro, PlanetadeLibros.

¿Quién es Marcelo Luján ?

 

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Foto: Isabel Wagemann  (web autor)

No hay nada después de la muerte, no hay muerte después de la muerte, no queda nada, los muertos solo existen en nuestras mentes, no hay mentes después de la muerte. (Subsuelo)

Marcelo Luján nació en 1973 en el barrio de Mataderos de la Ciudad de Buenos Aires. A principios de 2001, por varias razones –todas voluntarias–, se radicó en Madrid, donde vive en la actualidad. Trabaja como coordinador de actividades culturales y talleres de creación literaria. Entre otros colabora con la  Escuela de Escritores de Getafe.
Publicó los libros de cuentos Flores para Irene (Premio Santa Cruz de Tenerife 2003), En algún cielo (Premio Ciudad de Alcalá de Narrativa 2006) y El desvío (Premio Kutxa Ciudad de San Sebastián 2007). En 2020, su cuarta colección de cuentos, La claridad, obtuvo por unanimidad el VI Premio Internacional Ribera del Duero. También publicó libros de prosa poética: Arder en el invierno y Pequeños pies ingleses. Y las novelas La mala espera (Premio Ciudad de Getafe de Novela Negra 2009 y Segunda Mención del Premio Clarín de Novela 2005), Moravia, y Subsuelo (Premio Dashiell Hammett, Premio Tenerife Noir, Premio Novelpol, todos en 2016). Este último título está siendo adaptado a la pantalla por Fernando Franco.
Parte de su obra fue seleccionada en campañas de fomento a la lectura y traducida al francés, italiano, checo y búlgaro.

Fuente:  Wikipedia, Web autor.

La claridad

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Los seis cuentos de La claridad anuncian todo lo que deseamos y no alcanzamos, los miedos y los arrebatos, el amor y la traición y los pequeñísimos instantes de dicha. El brillo de la claridad es más brillo cuando se contempla desde la oscuridad. Y es, precisamente, desde ese amplio parámetro de la negrura, donde un particular y resuelto manejo del lenguaje, de la voz narrativa y de los registros, logra crear personajes libres o condenados, siempre eternos, en unas historias inesperadas, extraordinarias, violentas y terrenales que se combinan para mostrarnos el lado más afilado de la belleza.

Los relatos que conforman La claridad se mueven entre lo inusual, rozando lo fantástico. Es una obra donde Marcelo Luján te va llevando por terrenos y temáticas que no te esperas. Construye con maestría un mundo dentro de las cosas más comunes. Los celos, la frustración, la familia como centro de todo, las relaciones maternofiliales, son los temas donde transitan esta obra. Luján da un salto mortal y nos muestra los miedos universales que todos padecemos.

Hay mucha crueldad en los cuentos de La claridad. Una maldad intrínseca que no somos conscientes de que existe hasta que nos explota en la cara. Todos alguna vez hemos vivido situaciones de ese tipo. Nuestro propio vecino puede ser el ser mas despiadado del mundo y no nos damos cuenta. Las historias que cuenta este libro son como cuadros de Hopper, con la oscuridad de Rembrant. Hay tinieblas entre sus páginas. Es el terror propio de los que analizamos lo cotidiano. Un golpe certero en el centro de nuestra alma. No te deja indiferente. (Eduardo Boix, Revista !7 Musas)

En la página web del autor encontramos interesantes podcast, de entre los cuales os reseñamos estos:

Resulta muy interesante la entrevista que concedio a Letras Libres en 2021 y en la que repasa su trayectoria.

Aquí teneis la presentación del libro que hizó el autor en 2020 en el Museo de la Evolución Humana.

Si queréis leer otras obras de este autor, consultad el catálogo de la Red de Bibliotecas de la Comunidad de Madrid.

Fuentes: Web autor, Páginas de Espuma, Revista 17 Musas, Infobae.

Rayuela

 

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Rayuela es la segunda novela de Julio Cortázar. Escrita en París y publicada por primera vez en 1963, constituye una de las obras centrales del boom latinoamericano y de la literatura en español.

Julio Cortázar, tenía originalmente pensado titular a la novela Mandala, nombre que alude a los símbolos circulares del hinduismo y del budismo que representan los universos internos (microcosmos) y externos (macrocosmos) y se utilizan en meditación para alcanzar la unidad con el ser —justamente la búsqueda de Horacio Oliveira, protagonista de la novela—. Sin embargo, al autor le sonaba pretencioso titularla así, por lo que decidió finalmente llamarla Rayuela, en referencia al juego infantil. El objetivo de dicho juego es alcanzar el cielo, es decir el noveno cuadro, por medio de saltos en un pie. De ese modo, el cielo de la rayuela se constituye en el símbolo de esa quimera autoimpuesta de Oliveira de buscar siempre algo que no sabe qué es.

Narra la historia de Horacio Oliveira, su protagonista, y su relación con «la Maga». La historia pone en juego la subjetividad del lector y tiene múltiples finales. A esta obra suele llamársela «antinovela», aunque el mismo Cortázar prefería denominarla «contranovela». Significó un salto al vacío que lo distanció de la seguridad controlada de los cuentos fantásticos de su primera época como escritor para adentrarse en una búsqueda sin hallazgos a través de preguntas sin respuesta.

Si bien el estilo que se mantiene a lo largo de la novela es muy variado, según el propio Cortázar la obra «de alguna manera es la experiencia de toda una vida y la tentativa de llevarla a la escritura».

En su fondo y en su forma, Rayuela reivindica la importancia del lector y, hasta cierto punto, lo empuja a una actividad y a un protagonismo antes negados por la novela clásica, en la cual lo importante era conducir a este por la linealidad de la historia hasta el final. En Rayuela, en cambio, el argumento se concibe no más que como un escenario en el cual los personajes se desenvuelven en una libre y profunda vitalidad que el autor les otorga y de la que él mismo dice no hacerse responsable.

La novela plantea la negación de la cotidianidad y la apertura a nuevas realidades donde las situaciones más absurdas se toman hasta sus consecuencias más trágicas con total ligereza, incluso con sentido del humor. Estos caminos que se plantean constituyen una nueva forma de llegar al cielo de la rayuela.

Muchos críticos se refieren a esta obra como una «antinovela» por su carácter innovador, ya que rompe con todos los cánones preestablecidos en la época de su primera publicación. Sin embargo, Cortázar no estaba totalmente de acuerdo con esta clasificación, pues dicho término le parecía una «tentativa un poco venenosa de destruir la novela como género», según afirmó en una entrevista. Por esta razón él prefería denominarla «contranovela», pues con Rayuela buscaba «ver de otra manera el contacto entre la novela y el lector»: incitar a este a que modificara su actitud pasiva frente a la novela, convertirlo en parte activa y crítica de esta y suscitar así «una especie de polémica entre un autor y un lector».

Con un total de 155 capítulos, Rayuela, puede leerse de varias maneras:

  • Por la lectura normal, leyendo secuencialmente de principio a fin.
  • Por la lectura «tradicional», propuesta por Cortázar, leyendo secuencialmente desde el capítulo 1 hasta el 56 y prescindiendo del resto.
  • Por «el orden que el lector desee» —una posibilidad que Cortázar exploró después en su novela 62/Modelo para armar—.
  • Por la secuencia establecida por el autor en el tablero de dirección (que se encuentra al inicio del libro), que propone una lectura completamente distinta, saltando y alternando capítulos. Ese orden, con varios elementos estilísticos del collage, comprende textos de otros autores y ámbitos. En el tablero de dirección, el autor nos propone dos maneras de leer: 
  1. La primera propuesta es la forma corriente (empezando por el capítulo 1, siguiendo por el 2 y así, sucesivamente) hasta llegar al capítulo 56. Este primer libro está formado por dos partes: 

    -Del lado de allá: Horacio Oliveira trabaja como traductor en París. Allí funda con unos amigos el Club, donde mata el tiempo conversando o escuchando música de jazz. Mantiene una relación amorosa con Lucía, la Maga, una uruguaya que es madre de un niño al que ella llama Rocamadour. Sin embargo, la peculiar relación que existe entre ambos se deteriora. En una de sus reuniones, Rocamadour cae muerto repentinamente y, a consecuencia de ello, Lucía desaparece y deja escritas unas líneas. Esta primera parte, termina con la imagen de una rayuela, hilo conductor de todo el libro que representa la búsqueda del equilibrio (el cielo).

    -Del lado de acá:La acción de esta parte del libro se sitúa en la ciudad de Buenos Aires. Antes de llegar a aquí, Oliveira busca desesperadamente a la Maga en Montevideo. De regreso en barco a Argentina, la confunde con otra mujer.

    Ya en Argentina, vuelve a su amistad con Traveler y conoce a la mujer de este, Talita, que le recuerda desde el primer momento a la Maga. Trabajará con esta pareja en un circo y en una clínica psiquiátrica. Pero Oliveira se ve desbordado por síntomas progresivos de desequilibrio mental. Sus confusiones hacen que crea ver a cada momento a la Maga en vez de a Talita. Esto le llevará a una crisis que lo hace pensar en el suicidio. Se intenta suicidar pero finalmente Traveler y Talita evitan que se deje caer desde la venta a un patio en el que hay pintada una rayuela.
  2. La segunda manera es empezar en el capítulo 73 y seguir el orden propuesto en cada uno de los capítulos. En este segundo libro, De otros lados,  encontraremos nuevas incorporaciones paisajistas, los «capítulos prescindibles», a la estructura argumental delineada anteriormente en el libro. Estos paisajes constituyen una visión más profunda de la misma realidad, en la que se revelan conexiones ocultas. Pero además, aparecen en ella personajes como Morelli, un anciano escritor del que se sirve el autor para exponer algunas de las claves de Rayuela: novela abierta, fragmentada, inquietante y participativa que refleja el caos de la realidad pero ni lo ordena ni lo explica.

Aquí tenéis un fragmento del capítulo 2 de Rayuela en la voz de Julio Cortázar.

Rayuela nunca fue llevada al cine. Pero autores como Manu Ochoa, Alejandro Mos Riera han hecho su personal homenaje. En 2013 coincidiendo con el 50 aniversario de la publicación de la novela, Daniela lozano estreno su cortometraje Andábamos sin buscarnos que toma los capítulos 1, 2 y 7 —Del lado de allá— y 93 —De otros lados—, algunos de los que tocan el amor entre Horacio Oliveira y la Maga en Rayuela, y hacia el final alterna con fragmentos de Reino Crepuscular, otro corto de Lozano. “Nos interesaba cómo en Rayuela se hablaba de la creación de un nuevo mundo, no sólo en la literatura, sino en las relaciones”, cuenta la cineasta.

Fuentes: Wikipedia, La Casa del Libro, Actualidadliteraria.com,Clavedelibros.com, Clarín.

Si deseáis leer otros libros de Julio Cortázar, podéis consultar el Catálogo de la Red de Bibliotecas Municipales de Getafe.

¿Quién es Julio Cortázar?

 

CORTAZAR

Foto: La Tercera, 2020

“El hombre es el animal que pregunta. El día en que verdaderamente sepamos preguntar, habrá diálogo. Por ahora las preguntas nos alejan vertiginosamente de las respuestas» (Rayuela)

(Bruselas, 1914 – París, 1984) Escritor argentino, una de la grandes figuras del llamado «boom» de la literatura hispanoamericana, fenómeno editorial que, en la década de 1960, dio merecida proyección internacional a los narradores del continente.

Seguidor de Borges como brillante cultivador del cuento fantástico, los relatos breves de Cortázar se apartaron sin embargo de la alegoría metafísica para indagar en las facetas inquietantes y enigmáticas de lo cotidiano. Su afán renovador se manifiesta sobre todo en el estilo y en la subversión de los géneros que se verifica en muchos de sus libros, de entre los cuales la novela Rayuela (1963), con sus dos posibles órdenes de lectura, sobresale como su obra maestra.

Hijo de un funcionario asignado a la embajada argentina en Bélgica, su nacimiento coincidió con el inicio de la Primera Guerra Mundial, por lo que sus padres permanecieron en Europa. En 1918 volvieron a Argentina, para radicarse en el suburbio bonaerense de Banfield.

Estudió magisterio y letras y durante cinco años fue maestro rural. Pasó más tarde a Buenos Aires, y en 1951 viajó a París con una beca. Concluida ésta, su trabajo como traductor de la UNESCO le permitió afincarse definitivamente en la capital francesa. 

En la década de 1960, Julio Cortázar se convirtió en una de las principales figuras de la literatura hispanoamericana y disfrutó del reconocimiento internacional. junto a los grandes protagonistas del «boom»: Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, los mexicanos Juan Rulfo y Carlos Fuentes, los uruguayos Juan Carlos Onetti y Mario Benedetti o sus compatriotas Jorge Luis Borges y Ernesto Sábato, entre otros. A diferencia de Borges, Cortázar sumó a su sensibilidad artística su preocupación social: se identificó con las clases marginadas y estuvo muy cerca de los movimientos de izquierdas.

En 1962 su viaje a la Cuba de Fidel Castro constituyó una experiencia decisiva en su vida y el detonante de su activismo político en toda Latinoamérica. Intervino con firmeza en la defensa de los derechos humanos, y fue uno de los promotores y miembros más activos del Tribunal Russell.

Como parte de este compromiso escribió numerosos artículos y libros, entre ellos Dossier Chile: el libro negro, sobre los excesos del régimen del general Pinochet, y Nicaragua, tan violentamente dulce, testimonio de la lucha sandinista contra la dictadura de Anastasio Somoza, en el que incluyó el cuento Apocalipsis en Solentiname y el poema Noticias para viajeros. Tres años antes de morir adoptó la nacionalidad francesa, aunque sin renunciar a la argentina. Falleció en París el 12 de febrero de 1984, poco después de enviudar de su segunda mujer, Carol Dunlop.

La literatura de Cortázar parte de un cuestionamiento vital, cercano a los planteamientos existencialistas en la medida en que busca la autenticidad, el sentido profundo de la vida y del mundo. Sus obras de marcado carácter experimental, que lo convierten en uno de los mayores innovadores de la lengua y la narrativa en lengua castellana.

Como en Jorge Luis Borges, sus relatos ahondan en lo fantástico, aunque sin abandonar la realidad cotidiana. Su narrativa constituye un permanente cuestionamiento de la razón y de los esquemas convencionales de pensamiento.

En la obra de Cortázar la ruptura del orden espacio temporal propone al lector diferentes posibilidades de participación que completan el universo narrativo. Expresión de tales propuestas es Rayuela, considerada una de las obras fundamentales de la literatura de lengua castellana, y en sus relatos breves, donde, pese a su originalísimo estilo y su dominio inigualable del ritmo narrativo, se mantuvo más cercano a la convenciones del género. Cabe destacar, entre otros muchos cuentos, Casa tomada o Las babas del diablo, ambos llevados al cine, y El perseguidor, cuyo protagonista evoca la figura del saxofonista negro Charlie Parker.

Se consideran inicio de su bibliografía los relatos que integraron Bestiario (1951), publicado en la misma fecha en la que inició su exilio. A esta tardía iniciación, tenía casi 40 años, suele atribuirse la perfección de su obra, que desde esa entrega no contendrá un solo texto que pueda considerarse menor.

En sus cuentos y como cultivador del género fantástico, Julio Cortázar fusiona en sus los mundos de la imaginación y de lo cotidiano, obteniendo como un resultado altamente inquietante.  Como en  Las armas secretas (1959), entre cuyos cuentos destaca «El perseguidor», que tiene por protagonista a un crítico de jazz que ha escrito un libro sobre un célebre saxofonista borracho y drogadicto. Cuando se dispone a preparar la segunda edición del mismo, Jonnhy, el saxofonista, quiere exponerle sus opiniones acerca de su propia música y el libro, pero, en realidad, no le cuenta nada; no parece que tenga nada profundo que decir, como tampoco lo tiene el autor del libro, por lo que, muerto Jonnhy, la segunda edición únicamente se diferencia de la primera por el añadido de una necrológica.

En Final del juego (1964), encontramos algunas de las descripciones más crueles de Cortázar, como por ejemplo Las ménades, una auténtica pesadilla; pero también hay sátiras, como ocurre en La banda, en el que su protagonista, cansado del sistema imperante en su país (clara alusión al peronismo), se destierra voluntariamente, como Cortázar hizo a París en 1951. En Axolotl, tras contemplar diaria y obsesivamente anfibios en un acuario, el narrador del cuento se ve convertido en uno más de ellos, recuperando de tal manera el tema del viejo mito azteca.

De Todos los fuegos el fuego (1966), destaca La autopista del Sur, historia de un amor nacido durante un embotellamiento, cuyos protagonistas, que no se han dicho sus nombres, son arrastrados por la riada de vehículos cuando el atasco se deshace y no vuelven ya nunca a encontrarse. 

En  Octaedro (1974), lo fantástico vuelve a mezclarse con la vida de los hombres, casi siempre en el momento más inesperado de su existencia. Más cercanas a lo cotidiano y abiertas a la normalidad son sus tres últimas colecciones de relatos, Alguien que anda por ahí (1977), Queremos tanto a Glenda y otros relatos (1980) y Deshoras (1982), sin que por ello dejen de estar presentes los temas y motivos que caracterizan su producción.

Pero es en la novela donde Julio Cortázar dejó su irrepetible huella literatura en lengua española, desde Los premios (1960), su novela inicial, hasta la amorosa despedida textual de Nicaragua, tan violentamente dulce (1984). El momento álgido de su propuesta innovadora fue la escritura de Rayuela (1963).

Protagonizada por un álter ego de Cortázar, Horacio Oliveira, Rayuela narra el itinerario de un intelectual argentino en París (primera parte) y luego en Argentina (segunda parte), para agregar, en la tercera parte y al modo de misceláneas, una serie de anotaciones, recortes periodísticos, poemas y citas que pueden intercalarse en la lectura de las dos primeras, según el recorrido que decida el lector, a partir de los dos que propone el autor.

Las desavenencias amorosas entre La Maga y Horacio Oliveira, los conflictos intelectuales de Horacio, una amplia red de referencias culturales, con el jazz en posición preferente, y la invitación a la participación del lector como coautor de esa obra abierta, encontraron en el clima de efervescencia cultural de la década de 1960 su perfecto campo de desarrollo. Rayuela ha quedado así como uno de los emblemas imprescindibles de la cultura argentina de ese momento, en el que la novela de Julio Cortázar ocupó un lugar central y fue objeto de toda clase de asedios y comentarios críticos.

Algunas de las sucesivas novelas de Cortázar fueron un intento de avanzar en la dirección de Rayuela: así, la titulada 62. Modelo para armar (1968) es un excelente comentario en paralelo, extraído de una propuesta sugerida en el capítulo 62 de su obra maestra. En el Libro de Manuel (1973), el experimentalismo deja paso a un intento de explicar la difícil convivencia entre el compromiso político y la libertad individual.

Por lo que respecta al género de los «almanaques», esa combinación específicamente cortazariana de todos los géneros en ninguno, es imprescindible referirse a títulos como La vuelta al día en ochenta mundos (1967) o Último round (1969). Tales volúmenes, de difícil clasificación, alternan el cuento con el ensayo, el poema y el fragmento narrativo o crítico. En este apartado merecen mención aparte las inefables Historias de cronopios y de famas (1962), graciosos y complejos personajes simbólicos con singulares actitudes frente a la vida, Un tal Lucas (1979), irónico retrato de un personaje de extraña coherencia, y el casi póstumo Los autonautas de la cosmopista (1983), irrepetible mezcla de diario de viaje y testamento de amor. 

Aquí tenéis un fragmento del documental que en 1994 estrenó Tristán Bauer sobre la vida de Julio Cortázar.

 

Podéis disfrutar de la entrevista que concedió al programa de RTVE A fondo (1977) y en la que habla de su oficio de maestro, del inicio de su vocación literaria y hace un repaso cronológico de su obra.

Fuentes: Biografías y Vidas, Wikipedia, Instituto Cervantes.

La memoria de Shakespeare

La memoria de Shakespeare (2004)

 

En este volumen se recopilan los cuentos de Jorge Luis Borges:

25 de agosto, 1983 Cuentos

Tigres azules

La rosa de Paracelso

La memoria de Shakespeare

 

 

 

 

La memoria de Shakespeare es un libro de Jorge Luis Borges, compuesto por apenas cuatro cuentos. Es uno de sus libros menos conocidos, y el último de relatos que escribió. Fue publicado en 1983. Todos ellos se acercan en temáticas a su anterior libro, «El libro de arena», publicado en 1975. El primero, escrito años antes sin haberse llegado a incorporar a ninguna colección, trata sobre un doble suyo, al igual que su anterior cuento «El otro». Los tres últimos tratan sobre obsesiones metafísicas que atormentan al protagonista, sean piedras que no obedecen a la aritmética, o una rosa que puede o no puede resurgir de las cenizas o una memoria genial que puede ser transportada a través las generaciones de los hombres. Quizás presenten un estilo aún más depurado y perfecto que otros de sus relatos, acercándolo a Rudyard Kipling o a Franz Kafka. El vocabulario es restringido y preciso. Los personajes de una u otra forma tienden a ser autobiográficos. En general, por lo laberíntico de las metáforas y símbolos, es una de las obras más complejas y perfectas de Jorge Luis Borges.

25 de agosto, 1983: Borges imagina o sueña a un Borges con 61 años cumplidos un día antes (es decir, el 24 de agosto de 1960), que llega a instalarse a la pieza 19 del hotel Las Delicias, en Adrogué. Para su sorpresa, allí se espejea con otro Borges idéntico a él, pero más viejo; un doble que al unísono es otro y él mismo, que está recostado en la cama, un día después de haber cumplido 84 años, junto al frasco vacío que implica su suicidio. La índole onírica y ambigua del encuentro se enfatiza cada vez más. Entre los dos dilucidan que hablan y se ven en un sueño. El Borges de 61 años, que vio su nombre ya escrito en el registro y subió las escaleras para encontrase con el otro, insiste en que están en la habitación 19 del hotel; pero el Borges más viejo le dice que él está soñando en el piso de la calle Maipú, en Buenos Aires, en la recámara que fue de Leonor Acevedo, su madre, y que además él está muriéndose. Los dos evocan la escritura de un lejano borrador que en realidad implica y escamotea un frustrado intento de suicidio del Borges de 1935, el día de su aniversario número 36, ocurrido allí mismo en la habitación 19 del hotel Las Delicias, en Adrogué, a donde había ido con una botella de ginebra, una novela policial y un revólver, pero no tuvo el coraje y lloró.

Tigres azules: Borges esboza los recuerdos de lector, los pensamientos y sueños, y el itinerario de la aventura de Alexander Craigie, la voz narrativa, un escocés radicado en el Punjab, donde es profesor de lógica occidental y estudioso de la oriental en la Universidad de Lahore, donde además consagra los domingos a un seminario sobre Spinoza. Baste decir que las minucias de la filiación libresca y los sueños de cazador que Alexander Craigie cultiva y colecciona desde la infancia ante la figura del mítico tigre, provienen de la legendaria y libresca atracción por el tigre vivida y soñada por Borges desde la niñez, presente en su obra y en sus memorias a lo largo de su vida. Todo sugiere y revela que el viejo magnetismo por el tigre es lo que hizo al profesor Craigie instalarse en Lahore. La noticia que lee a fines de 1904 sobre una variedad de tigres azules recién descubierta en la zona del delta del Ganges, más los sueños donde ve un tigre de un azul nunca antes visto por él (“sé que era casi negro”), y la información que le da un colega sobre una aldea lejana al Ganges en la que oyó hablar de los tigres azules, son, en resumen, los incentivos que lo llevan a aventurarse a esa remota y arcaica aldea de hindúes situada al pie de un cerro más ancho que alto, de la que anota con humor borgiano: “En alguna página de Kipling tiene que estar el villorrio de mi aventura ya que en ellas está toda la India, y de algún modo todo el orbe.”

La rosa de Paracelso: Borges, de las cenizas de la historia hace un palimpsesto de la leyenda (leída en el tomo XIII de Thomas de Quincey) que supone que Paracelso, el alquimista y médico suizo (1493-1541), podía incendiar una rosa y revivirla de las cenizas.   Paracelso, radicado en Basilea y con la facultad de transmutar la piedra en oro, pide “a su Dios, a su indeterminado Dios, a cualquier Dios”, que le envíe un discípulo. Y como si lo hubiera oído, incluso antes de que rece la solicitud, repentinamente llega a su rústico y subterráneo taller un joven, Johannes Grisebach, dispuesto a ser su discípulo; pero le pide, a cambio de entregarle su vida abandonada al aprendizaje, que ejecute, ante sus ojos, el prodigio de quemar y revivir la rosa que ha llevado consigo. Paracelso se niega y en el diálogo lo encuentra indigno de ser su discípulo. Y cuando el joven se ha ido, con una sola palabra dicha en voz baja hace renacer la rosa de un puñado de ceniza.

La memoria de Shakespeare:  último cuento que escribió Borges en su vida, según afirman sus biógrafos. La figura del dramaturgo es recurrente en la obra borgiana: en poemas, en invocaciones, como tema de un prólogo a ‘Macbeth’ y un estudio sobre la infracción de las tres unidades, así como substanciando el célebre ‘Tema del traidor y del héroe’. Pero el ensueño shakesperiano de Borges tiene su más maravilloso logro de ficción en el citado cuento, que narra cómo un tal Daniel Thorpe le ofrece, “como si me ofrecieran el mar”, la memoria de Shakespeare. La aceptación del narrador conlleva una posesión: “Shakespeare sería mío, como nadie lo fue de nadie”. El final no es del todo feliz.

Fuentes: Las mil y una notas; Wikipedia; Babelia

Acerca de Borges y sus cuentos recopilados en «La memoria de Shakespeare» comentamos en el club de la biblioteca «Jorge Luis Borges» el curso pasado. Tenéis la información en la entrada «Hablando de Baroja y Borges»