Esperando a Godot

GODOT

Samuel Beckett presentó En attendant Godot (Esperando a Godot) en el año 1948 aunque se publicó en el 1952. Es la obra más famosa de este autor irlandés y, a veces, cuenta con el subtítulo de «Tragicomedia en dos actos». Se trata de una obra que se enmarca dentro del teatro del absurdo y que se divide en dos actos protagonizados por Vladimir y Estragon, dos vagabundos que esperan la llegada de Godot.

Es su obra más conocida y, aunque la trama parezca no tener ninguna acción relevante, lo cierto es que no deja de ser un reflejo de lo absurdo de la vida, una vida en la que cada día es exactamente igual que el anterior y en el que nadie sabe de dónde viene ni a dónde va. Una trama que aunque parezca simple, lo cierto es que esconde una de las máximas del existencialismo: ¿para qué vivimos?

Con Esperando a Godot, Samuel Beckett inauguró su carrera como autor teatral. Fue la tercera vez que el autor intentaba adentrarse en el mundo del teatro y fue gracias a esta obra que se pudo subir sobre un escenario. Y su estreno teatral fue apoteósico: Beckett causó una gran revolución en la época ya que apostaba por un teatro nuevo, diferente y en el que aparentemente «no pasaba nada». Porque acción, hay poca en esta obra. Lo que hay es mensaje, es contenido, es el planteamiento de la vida misma presentado de un modo absurdamente real.

En Esperando a Godot resulta patente la huella del existencialismo y es que Beckett habla sobre dos de los grandes temas del mismo: la falta de significado de la vida y el tedio que se siente por el mero hecho de vivir. Una puesta en escena que podría llamarse hoy en día «minimalista» debido a que tanto el espacio como el uso de pocos personajes marcó una nueva forma de hacer y entender el teatro.

En esta obra de Samuel Beckett conoceremos a dos personajes principales que están en un lugar casi desértico esperando a un tal Godot. Lo esperan sin saber muy bien por qué, lo esperan porque les toca esperarlo aunque ni siquiera recuerden cuál era el motivo de su reunión. Y esta interminable espera es la obra de teatro.

Aunque a simple vista parezca que este argumento no esconda nada de especial, lo cierto es que es una obra cargada de significado. El público asiste a escenas repetitivas, a conversaciones que ya han tenido lugar y a un estado como de ensoñación constante en el que los personajes no saben si lo que viven es real o es soñado. Ante este planteamiento tan agobiante, resuena en todo momento la misma idea: la vida carece de significado.

Ampliamente representada, aquí os dejamos el vídeo de la que en 1978 emitió TVE en su mítico programaTeatro Estudio.

Y el enlace a la representación del Centro Dramático Nacional del año 2013.

En 2001 Michael Lindsay-Hogg la llevo al cine.

Podéis conseguir esta obra y otras de Samuel Beckett en la Red de Bibliotecas Municipales de Getafe.

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