¿Quién es Stanislaw Lem?

 

Stanislaw-Lem

Foto: Summa technologiae.

El lector es un ser más impresionable que un especialista de la lógica.

Stanisław Lem nació en la antigua ciudad polaca de Lwów, ahora Ucrania, en 1921, en el seno de una familia de la clase media acomodada. Aunque nunca fue una persona religiosa, era de ascendencia judía.

Siguiendo los pasos de su padre, se matriculó en la Facultad de Medicina de Lwów hasta que, en 1939, los alemanes ocuparon la ciudad. Durante los siguientes cinco años, Lem, miembro de la resistencia, vivirá con papeles falsos y se dedicará a trabajar como mecánico y soldador, y a sabotear coches alemanes. En 1942 su familia se libró de milagro de las cámaras de gas de Bełzec. Al final de la guerra, Lem regresó a la Facultad de Medicina, pero la abandonó al poco tiempo debido a diversas discrepancias ideológicas y a que no quería que lo alistaran como médico militar. En 1946 fue repatriado a la fuerza a Cracovia, donde fijaría su residencia. No tardaría demasiado en iniciar una titubeante carrera literaria.

Su primera novela El hospital de la transfiguración fue escrita en 1948 pero no vio la luz en Polonia hasta 1955 debido a problemas con la censura comunista.  En ella que relata los avatares de unos médicos en un hospital psiquiátrico de la Polonia ocupada que intentan salvar a los enfermos de un exterminio seguro.  Esta novela fue considerada «contrarrevolucionaria» por las autoridades polacas. «Todo ello le llevó a abandonar el realismo social para “sortear la censura estalinista” y crear ese universo personal, de impecable factura técnica, que le daría renombre internacional. Hombre profundamente culto, sus obras aúnan y exploran disciplinas tan dispares como la psicología, la estadística, la lógica, la física o la cibernética.

No fue hasta 1951, año en que publicó Astronautas (1951), cuando por fin despegó su carrera literaria. Las novelas que escribió a partir de ese momento, pertenecientes en su mayoría al género de la ciencia ficción, harían de él un maestro indiscutible de la moderna literatura polaca. 

De la pluma de Lem surgirían, sucesivamente, títulos de referencia como Los astronautas (1951), La nebulosa de Magallanes (1955) y Diarios de las estrellas (1957), una original obra cómica del espacio por la que fue comparado con Jonathan Swift y Lewis Carroll, y en la que aparece por vez primera su famoso personaje Ijon Tichy. Le siguieron Edén (1959), Retorno de las estrellas (1961) -su primera incursión en el subgénero psicológico-, Memorias encontradas en una bañera (1961) y la que sin duda se convertiría en su obra cumbre, Solaris (1961).

En libros posteriores, Lem, sin abandonar su tono pesimista, desarrollaría un estilo satírico-humorístico inimitable. Fábulas de robots (1964) y su continuación, Ciberíada (1965), constituyen una serie de fábulas alegóricas en las que superpone las más imaginativas posibilidades tecnológicas a los esquemas tradicionales del cuento fantástico o la leyenda medieval. En ellas aparecen también dos de sus personajes más esperpénticos: los constructores Trurl y Clapaucio.

Seguirían El Invencible (1964), Relatos del piloto Pirx (1968), La Voz del Amo (1968), Congreso de futurología (1971), el relato El profesor A. Donda (1973), que ha formado parte de varias de sus antologías, o La fiebre del heno (1976).

Escribió principalmente sobre el contacto entre humanos y civilizaciones extraterrestres. Referente absoluto de la literatura fantástica, a través de sus obras, caracterizadas por el rigor científico, Lem intentó transmitir el sentimiento de abandono e indefensión del hombre frente a la vastedad del universo. 

Nombrado miembro honorario de la SFWA (asociación de escritores norteamericanos de ciencia ficción y fantasía) en 1973, fue expulsado en 1976 tras declarar que la ciencia-ficción estadounidense era de baja calidad literaria y estaba más interesada en el aspecto comercial que en desarrollar nuevas ideas o formas literarias.

Lem no se consideraba un continuador de Julio Verne y H. G. Wells, y aunque a menudo fue comparado con Isaac Asimov o Arthur C. Clarke, nunca ocultó su desprecio por la ciencia ficción. Sostenía que dicho género estaba “mal pensado, pobremente escrito y, habitualmente, más interesado en la aventura que en las ideas o la forma literaria”. Consideraba que sus libros de madurez –Ciberíada, Fábulas de robots, etc.-, eran más apólogos o cuentos filosóficos en la tradición de la literatura francesa del Siglo de las Luces que ciencia ficción. Y siempre intentó que hubiera una base científica, una confirmación científica de lo que escribía.

Abandonó su producción narrativa a mediados de la década de 1980, tras la publicación de Fiasco (1986), considerada su novela más reflexiva, porque, “no veo la necesidad de escribir otro libro más” y para volcarse en el ensayo “como vehículo para seguir profundizando en la convulsión, el espanto y el vértigo de la sociedad”.

Lem fue, asimismo, autor de una variada obra filosófica y metaliteraria. Destaca en este ámbito, aparte de su obra Summa technologiae (1964), la llamada «Biblioteca del Siglo XXI», conformada por Vacío perfecto (1971), Magnitud imaginaria (1973), Golem XIV (1981) y Provocación (1982).

En sus últimos años, fue miembro fundador de la Sociedad Polaca de Astronáutica, y trabajó en áreas como las matemáticas, cibernética y filosofía. Desde 1973 hasta sus últimos años, enseñó literatura polaca en la Universidad de Cracovia. 

Falleció en Cracovia en 2006, a los ochenta y cuatro años de edad.

Aquí os dejamos la conferencia, impartida en la Fundación Canaria Orotava de Historia de la Ciencia por el profesor Tomás Martín. En ella nos plantea un muy estructurado y sintético viaje a través de la abundante obra literaria y ensayística de Stanisław Lem.

Si queréis leer obras de este autor consultad el Catalogo de la Red de Bibliotecas Municipales de Getafe.

Fuentes: Wikipedia, Impedimenta, Biografias y Vidas.

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