Hombre y superhombre

 

 

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Hombre y superhombre es una pieza que el autor escribe como réplica al desafío de un colega que lo insta a reelaborar el mito del Don Juan. John Tanner, moderna versión del antiguo seductor, se convierte en portavoz del pensamiento iconoclasta de su creador y en el blanco de los avances amorosos de la protagonista, cuyo afán de casamiento él procura resistir con denuedo. Precisamente uno de los principales planteos que propone el texto y que estructura la acción es una nueva visión del ser femenino que descubre en él, por detrás de su aparente pasividad y debilidad, la fuerza y la capacidad para conquistar al hombre que, forzado a resistirse, terminará cediendo ante el empuje de su fuerza vital y afán de pervivencia. Ésta y otras cuestiones, tributarias algunas del pensamiento de Nietzsche, presente en el propio título, son exploradas extensamente en varias escenas y discursos de la obra.

Es complicado siquiera entender la naturaleza literaria de «Hombre y superhombre». Redactada y después estrenada en el primer decenio del siglo XX. De él sostenía C.K. Chesterton que llevó la filosofía a las calles y las calles a la filosofía. Bertrand Russell, filósofo, que por cierto veía en Shaw a un dramaturgo social estimable, no tenía una opinión tan positiva, ni muchísimo menos, de su faceta de «pensador». En «Retratos de memoria» no concede gran crédito al autor de «Vuelta a Matusalén». Esta obra tiene muchos ecos de la filosofía de la época, algo de visionaria, y es abundante en motivos vitalistas, entre biológicos y épicos.

Fuente: Entrelectores

 

¿Quién es León Tolstoi?

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«Todo lo que ha constituido y constituye tu vida es falso; es un engaño que te impide ver la vida y la muerte”

 

Tolstói nació en 1828, en Yásnaya Poliana, la finca que poseía su familia en la región de Tula (Rusia). Los Tolstói eran una conocida familia de la antigua nobleza rusa. León fue el cuarto de los cinco hijos del conde Nikolái Ilich Tolstói y la condesa Mariya Tolstaya (Volkónskaya). Quedó huérfano a los nueve años, y se crió con unos parientes. Tuvo tutores franceses y alemanes y, a los 16 años, ingresó en la Universidad Kazan, donde estudió, primero, lenguas y más tarde, leyes

Influido por los escritos del filósofo francés Jean Jacques Rousseau, fue presa de una creciente insatisfacción hacia sus estudios, y los abandonó en 1847. Después de un breve y fútil intento por mejorar las condiciones de vida de los siervos de sus tierras, se zambulló en la disipada vida de la alta sociedad aristocrática moscovita, a la que en sus diarios prometió cándidamente reformar. En 1851, se reunió con su hermano en el Cáucaso, donde su regimiento se encontraba acampado y, tras una breve permanencia, decidió incorporarse también al ejército. En el Cáucaso entró en contacto con los cosacos, que se convertirían en los protagonistas de una de sus mejores novelas cortas, «Los cosacos» (1863). En ella compara el cansancio y la ñoña juventud moscovita con el vigor y la vida al aire libre de los cosacos, que retrata con simpatía y un profundo realismo poético. En el tiempo que le dejaban libre las batallas con las distintas tribus de las colinas, concluyó una obra autobiográfica, «Infancia» (1852), a la que siguieron otras dos, «Adolescencia» (1854) y «Juventud» (1856), en las cuales reveló, sin retórica ni sentimentalismo, una serie de recuerdos de carácter psicológico similares a los de la mayoría de los jóvenes. Estas obras recibieron una inmediata y calurosa acogida por parte del público, del mismo modo que «Sebastopol» (1856), tres historias basadas en la guerra de Crimea, que constituyen una soberbia exposición de la horrible realidad de la guerra y una descalificación del falso heroísmo de los mandos militares en contraste con la valentía de los soldados comunes. Tolstoi regresó a San Petersgburgo en 1856, y se sintió atraído por la educación de los campesinos. Durante sus viajes por el extranjero (en 1857 y 1861), visitó escuelas alemanas y francesas y, más tarde, abrió en Yasnaia Poliana una escuela para niños campesinos en la que aplicó sus métodos educativos, que anticipaban la educación progresista moderna. En 1862, se casó con Sonia Andréievna Bers, miembro de una culta familia de Moscú. Durante los siguientes quince años formó una extensa familia, administró con éxito sus propiedades y escribió sus dos novelas principales, Guerra y Paz (1869) y Ana Karenina (1877). Sigue leyendo