El hombre que fue Jueves

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Dos jóvenes poetas, Lucian Gregory y Gabriel Syme, discuten acerca de los méritos relativos de la anarquía frente al orden. Syme, un policía encubierto, recibe el encargo de infiltrarse en el Consejo Anarquista Central, un grupo secreto de siete hombres –sus nombres corresponden a cada uno de los días de la semana- que planea destruir el mundo y cuyo líder es Domingo.

«El hombre que fue Jueves» pertenece a una variedad literaria peculiar. Aunque su revestimiento externo es el de una ingeniosa trama policíaca, donde el suspense y la sorpresa juegan un papel destacado, la crítica ha creído ver en esta obra una novela de tesis; también una fantasía policíaca, un relato onírico, o un panfleto político. El fino sentido del humor de Chesterton lanza sus venablos envenenados contra la filosofía de Schopenhauer, encarnada en el profesor de Worms, contra el pensamiento de Nietzsche o la ideología anarquista emergente de su tiempo. Según Chesterton, se trataba de un nuevo tipo de novela, una historia en la que se tipifican pensamientos modernos, pero no con argumentos, sino con incidentes simbólicos: una comedia alegórica. Su proverbial ingenio le permitió contar dos historias a la vez: una entretenida y superficial, y otra trascendente y enigmática, vinculando los acontecimientos del relato con versículos bíblicos, aunque fue lo suficientemente inteligente para que este mensaje no ahogase la historia: prefirió que la liviandad y el sentido del humor primasen ante cualquier otra consideración.

Novela desmesurada, onírica y extravagante y fantasiosa. Difícil de analizar debido a su complejidad, presenta una escritura brillante y llena de matices. En un escenario irreal, con personajes anacrónicos, Chesterton da una lección de vida que, sin embargo, puede ser difícil de entender  porque la novela termina siendo un rompecabezas que se asemeja a un cóctel de Lewis Carroll y P.G. Wodehouse. Borges, de hecho, aprendió mucho de todo ello. Constituye un ejemplo de relato como pieza de relojería: cada acción, cada página, cada detalle en sus justos tiempo y medida.

Crítica política y social, metafísica y filosofía, la lucha contra el Bien y el Mal (el orden y el caos), humor, diatriba sobre los fines del anarquismo- doctrina política en boga durante en los tiempos en que esta novela fue redactada, con el ajuste de unos personajes y situaciones a la construcción intencional de una parábola metafísico-religiosa- todo se mezcla en esta extravagante novela.

Chesterton identifica la anarquía como un medio para satisfacer a las clases altas, no con la búsqueda de las necesidades del pueblo. Los ricos se quejan por el mero hecho de ser gobernados, no quieren que nadie les mande, en cambio los pobres se quejan simplemente por el mal gobierno, deseando un gobierno justo que pueda solucionar sus problemas.

El 15 de septiembre de 1938 el Mercury Theatre representó y difundió por radio una adaptación algo recortada de la novela, escrita por Orson Welles, que era gran admirador de Chesterton. Esto fue casi dos meses antes de su famosa retransmisión de La guerra de los mundos. Aunque es fiel al original y una versión admirada por la mayoría de los seguidores de Chesterton, sus recortes la hacen más difícil de comprender, principalmente porque omite parte de las discusiones metafísicas y teológicas, tratando los apartes fantasiosos y cómicos de manera demasiado dramática.

Fuentes:

Visionad este curioso booktrailer de la adaptación al cómic que realizo Marta Gómez-Pintado. y publico Nórdica.

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